Si lo que quieres ser es un
timador del montón, “El Golpe” no es tu película, pero si lo que deseas de
verdad es entrar en la historia siendo uno de los mayores timadores habidos y
por haber, ésta cinta es de obligado visionado desde su principio hasta el
final. También serviría para aquellos que quieran ser actores, y no
precisamente de los del montón, aunque esto último, lamentablemente, es lo que
prolifera por el universo cinematográfico y más en concreto en nuestro país.
Dirigida por George Roy Hill, que
ya había reunido anteriormente a Paul Newman y Robert Redford en “Dos hombres y
un destino”, refleja a la perfección el enjambre de timadores y todo lo que
rodeaba a los mismos en el Chicago de los años 30, desde la corrupta policía
hasta el último negro de los suburbios de la época, pasando por el juego y el
asesinato. ¿El alcohol? Para ello se recomienda revisar en las escuelas de
cine, al menos yo creo que debería ser así, la presentación al espectador del
personaje de Paul Newman mientras yace tumbado en una bañera y la ducha actúa
como remedio contra ese elemento provocador de resacas. Apoyado por Robert
Redford, que ha ido en su busca para pedirle ayuda, y con cuatro contraplanos,
el director realiza una secuencia digna de visionar mil veces. ¿La presentación
de Robert Redford? Ver el primer timo de la película otras mil.
Quizás sea su banda sonora una de
las más conocidas y apreciadas por los cinéfilos que habitan sobre la tierra;
ritmo de ragtime de finales del siglo XIX que posteriormente contribuirá al
desarrollo del jazz en el XX. Obra de Marvin Hamlisch, que en ese año recibiría
uno de los 7 Oscars con los que fue galardonada esta cinta, imponiéndose a John
Williams, uno de los más grandes compositores de música para cine en la
historia del séptimo arte.
Para finalizar habría que añadir
el formato de narrativa audiovisual que presenta el director a lo largo del
metraje, un diseño bastante peculiar, ameno y curioso que hacen de esta
película una de las mayores obras cinematográficas de todos los tiempos.